El escritor británico, padre de las paradojas, Chesterton decía: “En la vida, no hay cosas sin interés, tan solo personas incapaz de interesarse”. Esta frase viene al pelo para describir la situación que se vive en nuestra Asociación. Y es que literalmente: “No existe ningún interés”, (salvo el de las personas que diariamente luchan por la supervivencia de dicha Asociación), en ninguno de los fines que la misma persigue. Lo que hacen nunca es comprendido, y siempre es acogido por las críticas de los que carecen de principios de solidaridad hacia nuestra aldea y de capacidad para realizar acciones por ella de manera desinteresada. Sale barata la crítica, sobre todo si no se apuesta ni el nombre de quien la realiza.
Como ya es sabido, nuestra Fiesta del Pan, perderá la edición 2009, no por falta de ganas por parte de quienes voluntaria y desinteresadamente realizan las tareas necesarias para la realización de la misma a lo largo de todo el año, sino por el desinterés compartido de nuestros vecinos censores hacia todo lo referente a la Asociación y de cada una de las administraciones públicas que, con el Ayuntamiento a la cabeza, ni tan siquiera se han interesado ni directa ni indirectamente en ninguno de los aspectos de la misma, por básicos y elementales que fueren. Es increíble pensar, que la mayor de las fiestas de la zona, no solo en cuantía de visitantes, sino en calidad y buen trato hacia algo tan denostado como la artesanía y único “cinturón industrial” en conjunto con la ganadería, quede relegada al olvido y nadie pida explicaciones a quienes desde un profundo alzhéimer no recuerdan que aparte de estas industrias, no hay otras.
Este carácter pasotil no es sino el sintomático reflejo de la imagen de apatía que muestran cada una de dichas instituciones hacia el trabajo por lo nuestro, más grave aún si encima se les paga por ello. En contra, los de siempre, de los que algunos de ellos, sin ser ni nacidos en esta aldea dedican a diario y durante todo el año tiempo y trabajo para el realce de valores de nuestro pueblo.
Hacen falta muchas ganas y una gran pasión por este entorno, para remangarse en tareas voluntarias y sin percibo de minutas, y soportando la desidia y críticas destructivas de cuantos interesadamente quieren frenar el empuje de dicha Asociación y seguir guiando esta localidad con un estilo cortijero-feudal.
Y es que, en resumen y desde mi joven condición de aldeano, como todos los soñadores, confundí ilusión con realidad. Mi conclusión hoy es el desencanto, por ver que siempre son los mismos bueyes prestados los que sin comer, tiran del carro, y encima se les critica. ¡Carácter Latino!
Jose Antonio
Por fin¡¡, ya podemos decir, que la Calle Santa Bárbara tiene alumbrado. 
